30 años se siente como mucho. Mucho aprendizaje, muchas aventuras, muchos corajes y lágrimas de felicidad, tristeza y rabia, algunas sintiéndose más desperdiciadas que otras. Pero lo importante es que siempre con la oportunidad de tomarme el día para escribir en un café cerca de mi casa. Creo que eso es lo que importa–siempre hacer tiempo para lo que nos gusta, pues, ¿para quién más estamos viviendo si no? ¿Para el gobierno? ¿Para los likes en Instagram? ¿Para tus jefa/es?
Aquí les dejo una lista de 30 cosas que he aprendido durante el transcurso de mis 30 años, esperando que esta nueva década esté igualmente llena de sabor, emoción, y mucho amor:
- La naturaleza sana. Pasar tiempo afuera todos los días es esencial, sin importar lo mierda que se encuentre el clima. Nunca he regresado de una caminata entre los árboles (muertos o vivos) sintiéndome peor.
- Leer por placer por 30 minutos me hace sentir mucho mejor que pasar 30 minutos en Instagram.
- El descanso es un acto de rebeldía, y nadie te lo va a dar a menos de que lo exijas y lo insertes en tu vida diaria, muchas veces a la fuerza.
- No hay nada de malo con quedarse en casa viendo Netflix.
- Nunca supe lo que era el amor incondicional hasta que adopté a nuestros dos gatitos.
- Crear le brinda propósito a mi vida.
- Escribir llega a ser excelente terapia en muchas ocasiones.
- Necesito una rutina para ser feliz.
- La organización me ayuda a disfrutar de todo a mi alrededor mucho más.
- El ejercicio es medicina. Necesito mover mi cuerpo todos los días, si no sufro.
- Mi pasión se convirtió en mi profesión pero he aprendido que un trabajo sigue siendo un trabajo.
- No porque alguien sea mi familia significa que tiene buenas intenciones o que a fuerza tenga que hacer espacio para ellos en mi vida.
- Una vida sin hijos suena mucho mejor que una vida con ellos la mayoría del tiempo.
- Mi esposo y yo no hemos decidido si queremos tener hijos aún, y eso es totalmente normal pues es una decisión que no se debe tomar a la ligera, y ser mamá nunca ha sido el punto focal de mi vida, lo cual es totalmente aceptable.
- Restringir lo que como solo me lleva a comer más y ganar más peso. Las dietas son tóxicas. Escuchar a mi cuerpo y encontrar balance se convierte más fácil entre más lo práctico.
- Amo los dulces, las palomitas y papitas con salsa Valentina, y eso jamás va a cambiar.
- El alcohol es mil veces peor que la verde, y la hierba tiene muchos beneficios. Cuando se trata de vicios, sigo pensando que es uno de los menos dañinos.
- Fumar un porro escuchando mi record favorito no tiene comparación.
- Viajar alimenta mi mente y es la mejor educación.
- El arte es el pegamento de esta sociedad.
- La soledad tiene mucho que enseñarnos si le sacamos provecho en vez de vivirla en agonía.
- Cambiar de opinión es parte de ser humana, así como cometer errores.
- La felicidad se esconde entre los momentos más amargos, pero sigue estando ahí.
- Entre el calor infernal y el frío brutal, prefiero la playa, el sol en mi cara, y una piña colada.
- El otoño es mi estación preferida, lo cual no lo hubiera descubierto sin vivir en Minnesota.
- Muy pocas cosas se le comparan a la primer nevada del año. Ese aire puro que se respira y la nieve decorando mi ciudad, se siente increíblemente mágico.
- Mi actitud es lo único que puedo controlar a veces.
- He aprendido que construir una vida muchas veces requiere dejar que la vida en sí fluya.
- El amor se manifiesta de muchas maneras y todos lo expresan diferentemente. He aprendido que amo mejor cuando escucho más.
- 30 años han volado. He aprendido que el tiempo no se detiene por nada ni nadie, pero al estar aquí, escribiendo y reflexionando en esta fría mañana de diciembre, me doy cuenta que yo sí puedo detenerme para agradecerle a la vida por tanto, y a ti, por acompañarme en mi primera página de mis treintas.



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