Las sonrisas falsas
e ideas vacías
han invadido nuestras bibliotecas
colegios, universidades,
conversaciones en bares,
podcasts e Instagram feeds.
No quiero leer otro libro
diciéndome cómo ser feliz.
La semana pasada escribí acerca de “los achaques de la vida”, y acabo de captar que lo siguiente puede fácilmente ser interpretado como positividad tóxica:
Los achaques de la vida van y vienen; la perseverancia es la única constancia, lo único que trae balance y estabilidad a nuestras vidas. No hay que darle tanto poder a los temporales achaques de la vida–ni te voltees para saludarlos, y quizás ni los notarás.
A lo que me refería es que no puedo dejar que el dolor de espalda arruine mi día, pero lo que fallé explicar en esa entrada es que era víctima de un ciclo en el que me paralizo por días cada vez que me lesiono la espalda, lo cual no ayuda ni el dolor ni la salud mental. Aceptar que es inevitable y que pasará hace que los días pasen más rápido y armoniosamente, sabiendo que hay situaciones de las que no se puede mentalmente escapar sin antes procesar con más delicadeza. Creo que esa es la diferencia entre la positividad tóxica y la psicología positiva; y por lo cual me cagan los negocios que se aprovechan de las personas que simplemente quieren mejorar sus vidas.
No digo que no haya ayuda en la industria de la autoayuda (eso fue chistoso escribir y probablemente no ortográficamente correcto pero suena cool ☺️), pero existen demasiadas estafas. No hay que olvidar que este tipo de contenido es una guía, no las respuestas a nuestros problemas 💗.

✨🌲entre los árboles🌳🌊 porque no sabía qué tipo de imagen incluir 😊

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