Como diseñadora de interiores, mentiría si te dijera que no aspiro a tener ese estudio/biblioteca personal de las celebridades, y mi Pinterest te lo confirmaría igualmente…Libreros de piso a techo, ventanas enormes en formas irregulares con vistas a naturaleza, una Eames en el rincón para lucir fabulosa en lo que leo mi novela anual de Isabel Allende (ya me vi), arte y artefactos de mis viajes como inspiración…ya saben, lo que muchos admiramos a través de Architectural Digest y, en mi caso y fortuna, clientela.
Creo que con los recursos adecuados, todos podríamos diseñar los espacios más increíbles de acuerdo a nuestros gustos. Pero lo que me llama la atención de esta prompt son las actividades mencionadas que se llevarían acabo en este espacio: leer y escribir. ¿Qué más se necesita para leer y escribir que una silla y un escritorio, quizás un sillón de cuando estabas en la uni para tomar la siesta o leer horizontalmente?
Nada combina, nada va. Pero las memorias inspiran. Ciertos patrones y texturas me recuerdan a tiempos no tan simples, tiempos de más incertidumbre en los que acumulé bastante de qué escribir. Y ahora tengo la habilidad de traer aquellas memorias, colocarlas en un pequeño espacio en nuestro hogar, y sentarme a reflexionar. Si prestas atención, el espacio perfecto para leer y escribir se manifiesta cuando estés listo para leer y escribir.
,como el chile 
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